El lapislázuli es una piedra opaca, con un color azul parecido al índigo y como dije antes, suele tener vetas más claras con destellos metálicos.
El más costoso es el llamado Royal Blue que traducido es Azul Real. Tiene una dureza de 5.5 en la escala de Mohs. Es frágil y se raya con facilidad.
Sus principales yacimientos se encuentran en: EEUU, Chile, Rusia, Afganistán, Pakistán, Birmania, y Angola.
TIPS, HISTORIAS, MITOS Y LEYENDAS
Ø Desde tiempos inmemoriales, el lapislázuli se usaba en incrustaciones para objetos ornamentales. Con él también se hacían preciosos mosaicos.
Ø Dado su azul intenso y destellos dorados o plateados, los egipcios la consideraban una piedra sagrada y decían que era la representación del cielo en la noche, con sus estrellas incluidas. ¡Qué linda comparación!.
Ø Los asirios y los babilonios lo usaban para hacer máscaras funerarias. También se encontraron en El Valle del Indus unas tumbas de hace 9.000 años, con múltiples adornos en lapislázuli.
Ø Cuando en Europa se llegó a conocer el lapislázuli, se le denominó “ultramarino”, dándole el significado de “más allá del mar”.
Ø Tanto las mujeres griegas como las persas pulverizaban esta piedra, al igual que lo hacían con la malaquita, y las usaban como cosméticos, para pintar y embellecer sus ojos. Evidentemente, eran otras épocas.
Ø Leonardo Da Vinci y otros artistas contemporáneos a él, denominaban al lapislázuli como “el oro azul”, ya que del polvo de la piedra, mezclado con aceite, se extraía un magnífico y duradero pigmento para sus lienzos, que para ellos era de inmenso valor.
Ø En Egipto se usaba como medicina para ciertos quebrantos.
Ø El tono de su azul convirtió a nuestra gema de hoy en el símbolo de la pureza, nobleza e inclusive de la buena salud.
Ø Aunque es una piedra fácil de encontrar, no es precisamente barata. Hay comerciantes poco escrupulosos o quizás algo ignorantes en la materia, que venden la sodalita como lapislázuli. Resulta a buen precio pero llevan “un gato por liebre”. ¡Ojo!, no desestimo la sodalita que también es una piedra noble, pero más económica que el lapislázuli.
En nuestro camino por la vida, hay muchas piedras con las que tropezamos. Algunas las apartamos con un simple puntapié; otras nos hacen detener y observarlas con detalle y hasta nos podemos enamorar de ellas; otras las miramos como si nada, casi con indiferencia porque no nos llaman suficientemente la atención. Ahora que lo pienso, creo que esto último siempre me pasó con el lapislázuli y no sabría explicar el por qué. Creo que los humanos somos así. A veces no le damos importancia a algo porque simplemente a primera vista no nos cautiva. No he sido justa con esta gema. Prometo ir a una de las tantas tiendas que venden piedras y me compraré una pequeñita, preferiblemente rústica, sin tallar, sólo para observarla como ella lo merece. Les aseguro que en breve cambiaré de opinión.
Anuchy Ulloa
No hay comentarios:
Publicar un comentario