martes, 29 de mayo de 2012

LA RODOCROSITA

Esta bella piedra, se define químicamente como un carbonato de manganeso. Tiene una dureza de 3.5 a 4.5 en la escala de Mohs y su color va desde el rosa muy pálido, hasta el más intenso, generalmente con vetas.  El color más apreciado es justamente el rosa más fuerte que se le denomina rojo grosella.
Sus yacimientos principales se encuentran en Argentina y EEUU. También podría destacar a Rusia, Hungría, Rumanía y España.

TIPS, HISTORIAS, LEYENDAS Y CREENCIAS:

  • Se suele usar mucho para hacer esculturas; también en joyería, generalmente montada en plata.
  • Hay buscadores de Rodocrosita, que sólo la quieren para extraerle el manganeso.
  • En gemoterapia tiene muchos usos: en principio se suele usar en el diagnóstico psicológico del paciente. También la emplean para aliviar las tensiones emocionales y para limpiar y fortalecer los chakras del plexo solar y del corazón.
  • Dicen que ponerla en la parte alta de la columna vertebral, alivia las migrañas.
  • Una vez le oí decir a una amiga que poner un “espato manganoso”, como le llaman unos pocos a nuestra piedra de hoy, en cada una de las palmas de la mano hace que la gema retenga la energía que brota del cuerpo para luego distribuirla de forma equilibrada.
  • Se la conoce como la piedra de la vitalidad.
  • Hay algunas que son clasificadas para muestras de colección. No en vano, es considerada como una de las rocas más bellas del mundo.
  • A esta piedra semi-preciosa, también se le llama Rosa del Inca.
  • Es la gema nacional de Argentina, de donde salen las más bellas y valiosas.

Cuenta una vieja leyenda que cerca del Lago Titicaca –ubicado entre Perú y Bolivia-donde una vez al año se juntaba el Sol y la Luna para fecundar las mieses, habitaban vírgenes sacerdotisas hijas del Dios Sol de los incas. Un día, el guerrero de nombre Tupac Canqui, deseoso de conocer a estas misteriosas mujeres, atravesó el lago y llegó hasta el lugar sagrado donde estaban ellas. Nada más llegar allí, se fijó en una y de forma extraña e inmediata nació una atracción muy poderosa entre ambos. De inmediato, el Inca, hijo del Dios Sol, se enteró del encanto entre su sacerdotisa y Tupac Canqui y montó en cólera. En primer lugar, no estaba dispuesto a perdonar que un intruso tocara el territorio que él había escogido para que habitaran sus mujeres. Y otra cosa que jamás permitiría el jefe inca es que sus damas, las elegidas, mezclaran su raza con alguien distinto a la estirpe de ellas.
 Con lo que no contaba el hijo del Dios Sol es que Tupac Canqui y Ñusta Aklla –nombre de la bella mujer- pasaran rápidamente de una fuerte atracción a un amor profundo que no les permitiría una separación. La ira desmedida del Inca, hijo del Dios  Sol,  hizo que la pareja huyera del Imperio hacia tierras lejanas donde pudieran vivir juntos y en paz.
 El hijo del Dios Sol, preso de celos por haber perdido a una de sus sacerdotisas, desplegó a sus guerreros para que buscaran a la pareja y les dieran, a ambos, fuertes castigos, pero no pudieron encontrarlos porque los amantes habían huido a Catamarca (región norteña de Argentina) dando a esa tierra muchos hijos, producto del amor y la valentía de sus padres. De esta forma poblaron la región que hasta su llegada, había estado deshabitada.
 La furia de los brujos del Imperio Inca no cesaba, hasta que desataron un maleficio que le ocasionó la muerte a Ñusta Aklla y con ella, una honda pena a su pareja, que sumido en  el dolor, terminó muriendo también.
 Tiempo después, un originario de la zona que pastoreaba un rebaño de alpacas –especie propia de la zona-  subió con los animales al  cerro donde habían enterrado a Ñusta Aklla y vio su tumba, alrededor de la cual, había muchas piedras que parecían  lágrimas de sangre cristalizadas. Fue por eso que más tarde a esta gema se le llamó “Rosa del Inca”, nombre con el que todavía se le conoce a la Rodocrosita. A partir de ese hallazgo, las princesas de Tiwanacu (antigua ciudad incaica, también llamada Ciudad de los Dioses y Ciudad del Sol, situada en Bolivia) cuando se enamoraban, colgaban sobre su pecho, a la altura del corazón, una Rodocrosita o Rosa del Inca, símbolo de amor eterno.
Hacía tiempo que nos les contaba una bonita leyenda que estuviera relacionada con las piedras, pues bien,  aquí les dejo ésta, llena de amor aunque con triste final. Fue tan intensa y sonada que pasó a formar parte de  la historia de la gran civilización Inca.

 Anuchy Ulloa

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