viernes, 4 de mayo de 2012

LA CORNALINA

Un par de días atrás, me puse a arreglar los cajones de un mueble donde tengo un montón de artilugios femeninos. Entre las gavetas de franelas, pijamas y accesorios, abrí una que la tengo llena de cajitas con cosas variopintas que van desde un anillo hasta una flor marchita. Algunos de esos estuches encierran objetos que para mí tienen alma porque son regalos de seres especiales que han marcado mi vida.
En el último rincón de esa gaveta, encontré una pequeña caja de cartón algo roída y con la tapa sujeta por un lazo, quizás e inconscientemente la había puesto ahí para no trastearla demasiado. Hacía tiempo que no la tomaba en cuenta y ni me acordaba de su contenido. La abrí. Al ver lo que había adentro, me salió un: ¡Ah! del corazón: ante mis ojos apareció un dije redondo con una flor de loto tallada que en una época usé mucho. Me senté sobre la cama y lo empecé a observar detenidamente porque en ese colgante hay encerrada una linda historia de una excelente amistad. Mientras miraba el dije, me iba acordando de muchos momentos compartidos, por demás preciosos y sanos.  Palpando el loto con la yema de los dedos, sentí que en el anverso de la flor había algo. La giré y vi grabada una tenue “A”. Una vez más me di cuenta que en un momento de quietud se pueden percibir muchos detalles que por su simplicidad suelen pasar por alto y sólo se logran apreciar en un instante de sosiego. Esa letra, que por tanto tiempo fue invisible ante mis ojos, le daba mucho más valor al dije y a la historia que él encerraba. 
Al día siguiente, antes de salir a la calle me lo puse. Nunca lo había visto tan bello, con la inicial de mi nombre detrás de la flor de cornalina. Por eso hoy hablaré de esta piedra.
La cornalina es una variedad de la familia de las calcedonias. Su nombre deriva del latín “carnis” debido a su tono, parecido al de la carne. Su color va del naranja suave, al intenso; incluso puede llegar al marrón. Tiene una dureza que oscila entre 6.5 y 7 en la escala de Mohs. Químicamente es un dióxido de silicio.
Los primeros yacimientos se descubrieron en Arabia y en India, donde aún se sigue explotando, pero luego se encontraron minas en diferentes lugares del planeta aunque yo destacaría las de Brasil, Uruguay, Alemania, Rusia y Japón.

HISTORIAS, MITOS, LEYENDAS Y CREENCIAS:
  • También se le conoce con los nombres de: Piedra de la Meca, Piedra de Santiago y como Carneola (así la llaman muchos).
  • Los antiguos cristianos, en épocas de luchas y persecuciones, para identificarse entre ellos usaban cornalinas grabadas con símbolos propios de sus creencias como una palma o una cruz, entre otros.
  • Dentro del mundo islámico es muy apreciada, porque Mahoma llevaba con él un anillo con una cornalina tallada que utilizaba para sellar.
  • Cuentan que la diosa Isis la usaba para proteger a sus muertos en su camino a la eternidad.
  • En la antigüedad, la cornalina se solía utilizar junto al lapislázuli y la turquesa porque de esa manera reforzaba sus poderes protectores.
  • Para los budistas, esta gema semi-preciosa, es el símbolo de la sabiduría.
  • Dicen que es un amuleto muy bueno para controlar las emociones, a la vez que protege de las energías negativas. Excelente escudo contra la envidia.
  • Hay quienes creen que chupar una cornalina como si se tratara de un caramelo, fortalece las encías.
  • Cuando la cornalina pasa del color carne o naranja y llega al marrón, cambia su nombre y se la denomina Sardonia.
  • La cornalinas de la India tienen una extraña curiosidad y es que cuando se extraen de las minas no tienen un color muy intenso, suelen ser claras, pero con el paso del tiempo y después de haber estado expuestas en la superficie a los rayos del sol, se van poniendo casi rojas y toman un color realmente precioso.
  • Hay algo que siempre me pareció muy curioso y gracioso con respecto a esta gema y es que algunos vendedores expertos en cornalinas,  aseguran que las hay “machos” y “hembras”. Me hace gracia –repito- aunque reconozco la fértil imaginación de aquel primer hombre que dijo convencido – y logró convencer a muchos-  que aquellas carneolas que eran de colores fuertes e intensos como las rojas o marrones, eran “machos”; mientras que las que tenían tonos suaves como el naranja o el color carne, eran “hembras”. Bueno, parece que no quería confusiones de género y se respeta.
  • Su elemento es el fuego y su astro es el Sol.
  • Es muy frecuente que la cornalina tenga manchas o vetas que la puedan opacar y ya sabemos que las gemas, cuantas menos inclusiones que las enturbien presenten, o dicho de manera más sencilla, cuanto más cristalinas y puras sean, más belleza y valor adquieren. Como todo lo puro y cristalino de la vida…

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